Hola compañer@s,Parece que este fin de semana ha sido prolífero en la competición, no solo en las pistas, sino en las aguas, la bici y la ruta de nuestros triatletas preferidos… Como no Aurelio, nuestro reconocido representante en este tipo de pruebas acudió al XVII Triatlón Villa de Madrid mostrando nuestros colores por las rutas de la Casa de Campo de la Villa capitalina. Pero lo que si ha sido una enormemente gratificante sorpresa a sido la participación de nuestras “Super-girls” Lourdes y Patricia, que además de participar con nuestros colores han dejado el pabellón muy alto quedando entre las 25 primeras de un total de mas de 300 participantes.
Adjunto incluyo sus respectivas crónicas para que disfrutéis de su puño y letra la experiencia de nuestras chicas en el triatlón madrileño.
Para poneros en situación indicaros que los chicos recorrieron 750 metros nadando, 20 Km. en bicicleta y 5 Km. corriendo. Ellas hicieron 300 metros en el agua, 8 Km. con la bici y 2 Km. finales con sus dos piernas. Por mi parte solo deciros a tod@s que sois unas maquinas y que enhorabuena por vuestra participación y resultado.
Crónicas:
Crónica Lourdes
Despues de un intenso tráfico de e-mails de l@s canguras 2 aventureras decidieron tomar parte en el II Triatlón de la mujer, SuperPaty (participó el año anterior) y Lourdes. Debido a la inexperiencia y a la variedad de pruebas, Superpaty se acercó a pedir una goma elástica (1º novatada) para colocar el dorsal a la cadera en la bici y corriendo. Unos súper macizos triatletas no dudaron en regalarle el cinturón elástico del Iroman, sin lugar a dudas vieron en ellas la auténtica triatleta. No se nos olvido la equipación de Canguro que nos sirvió de 
carta de presentación frente al público, las participantes y los jueces que conocían el Club y nos animaron, no tenía nada que ver con las supermallas de triatletas que llevaban algunas pero que a nosotras no nos impresionaron. El 1º filtro fue hacer una larga cola para chequear la bici y demás material, las casualidades hicieron que el juez que nos revisó fuese Guillermo, ahora triatleta pero exCanguro (da gusto que alguien te hable y anime cuando no sabes lo que se te viene encima). Nos relajamos colocando la bici y demás, hicimos nuestro minitrote de calentamiento, nos animamos mutuamente y saludamos a nuestros MÁS fervientes animadores, la familia, ya que debíamos de colocarnos por orden de dorsal, 310 Lourdes y 376 Superpaty, para pasar a la parrilla de salida. Debido al volumen, en número, de participantes se hicieron 3 salidas con 1’ de diferencia, nosotros éramos de la 2º tanda, nos colocamos como pudimos intentando no tener pesos pesados a nuestro a
lrededor por lo de los codos, chapuzones, empujones, aguadillas……etc. Teníamos mucha presión por el contacto con esa agua verde amarronada, turbia, olor moho rancio, surcada por todo tipo de seres animados (no estaba Nemo ni sus amigos) y no animados, sabor agrio-rancio (a Lourdes le cayeron varias “bombas “encima y pudo catarla ). No se veía nada, por las gafas, el sol de frente y el color de las cristalinas aguas, asi que llegamos a la orilla gracias a oír los gritos de la gente .Sin embargo, no pudo con nosotras, Superpaty salió de las 1º, seguida de Lourdes, adelantando por el camino a todas cuanto podíamos y pasando por la pasarela amenizada por todo tipo de público sobrio y no (había bodas y demás en el restaurante colindante a la pasarela) que nos gritaba y hacía que meneásemos más rápido las cachas. Nos encontramos con la 2º novatada (había súper profesionales) como meter tú cuerpo mojado y pegajoso en las zapatillas de cordón, NO ELASTICO, la equipación y el casco al tiempo que pillas la bici y te pones en marcha. En el recorrido ciclista nos vimos, animamos y adelantamos todo lo que pudimos y más, incluso a triatletas, bueno a mujeres con equipación de triatleta. Ya nos encontrábamos más tranquilas, sabíamos que lo único 
que podía pasar era pinchar o que se nos saliese la cadena, pero estábamos en tierra y alguien nos socorrería. Sólo nos quedaba la añorada carrera de 2km, que suena a nada pero que al bajarse de la bici parece eterno por lo cargada que notas las piernas, como si alguien tirase de ellas hacia el suelo y te dejase clavada. Nos lucimos, aquí ninguna pudo con nosotras, nadie nos adelantó, no podían, ni les íbamos a dejar. La pena fue que en 2km no daba para mucho pero si para colocarnos entre las 15 primeras participantes de 300 y algo.
Crónica Patricia:
¿Qué más se puede añadir a la super-crónica de Lourdes?. Ella se ha revelado como una gran triatleta, pero sobre todo como gran compañera (chati: yo quedé la veintitrés, creo, fuiste tu la que se salió J. Para mí era la segunda edición y aunque sabía que el ambiente era genial porque hay una mezcla increíble de pros y de globeras, entre las cuales nos
incluimos, me daba cierta pereza porque no había tocado mi vieja carraca-bici-de-motaña en un año. Pero la pobre agradecida por ser rescatada del olvido no me dejó tirada y respondió en la medida de sus posibilidades y de las de las mías, je, je, a esas dos vueltas al Pº de los Plátanos (10 km). Además la ocasión era grande para lucir nuestra flamante equipación canguril que lucimos sin complejos, por supuesto. Parte del éxito de este día del triatlón organizado por la Federación es su carácter festivo que invita a la charla con las vecinas de puesto en los “boxes” y la estupenda organización. Incluso he de admitir que tras superar la repulsión inicial al color-sabor-textura de las inciertas aguas del Lago, yo disfruté los 300 m. Lourdes, aunque todos los puestos que adelanté y algunos más, los perdí con la bici tal y como ya sabía. Alguno recuperé en la carrera a pie, je, je, aunque no los suficientes para cazar a super-Lourdes. Eso sí, nos íbamos dando gritos de ánimos según nos cru
zábamos en el recorrido circular de la bici y la carrera a pie. Además la Casa de Campo te regala unos estupendos tramos de falso llano jalonados por una exuberante vegetación primaveral que ya te hacen segregar endorfinas y eres feliz aunque no sientas las piernas. El año que viene toca trabajar la bici de carretera y reclutar más cangur@s: a ver si os animáis, que también hay diversión más allá del atletismo. Os lo recomendamos ; )
PS: Sirvan como ejemplo, algunas fotos adjuntas. La del buzo y la octogenaria, no es coña que la ancianita se hizo a espalda los 300m (no sé si acabó el triatlón, pero afición no le faltó…)
carta de presentación frente al público, las participantes y los jueces que conocían el Club y nos animaron, no tenía nada que ver con las supermallas de triatletas que llevaban algunas pero que a nosotras no nos impresionaron. El 1º filtro fue hacer una larga cola para chequear la bici y demás material, las casualidades hicieron que el juez que nos revisó fuese Guillermo, ahora triatleta pero exCanguro (da gusto que alguien te hable y anime cuando no sabes lo que se te viene encima). Nos relajamos colocando la bici y demás, hicimos nuestro minitrote de calentamiento, nos animamos mutuamente y saludamos a nuestros MÁS fervientes animadores, la familia, ya que debíamos de colocarnos por orden de dorsal, 310 Lourdes y 376 Superpaty, para pasar a la parrilla de salida. Debido al volumen, en número, de participantes se hicieron 3 salidas con 1’ de diferencia, nosotros éramos de la 2º tanda, nos colocamos como pudimos intentando no tener pesos pesados a nuestro a
lrededor por lo de los codos, chapuzones, empujones, aguadillas……etc. Teníamos mucha presión por el contacto con esa agua verde amarronada, turbia, olor moho rancio, surcada por todo tipo de seres animados (no estaba Nemo ni sus amigos) y no animados, sabor agrio-rancio (a Lourdes le cayeron varias “bombas “encima y pudo catarla ). No se veía nada, por las gafas, el sol de frente y el color de las cristalinas aguas, asi que llegamos a la orilla gracias a oír los gritos de la gente .Sin embargo, no pudo con nosotras, Superpaty salió de las 1º, seguida de Lourdes, adelantando por el camino a todas cuanto podíamos y pasando por la pasarela amenizada por todo tipo de público sobrio y no (había bodas y demás en el restaurante colindante a la pasarela) que nos gritaba y hacía que meneásemos más rápido las cachas. Nos encontramos con la 2º novatada (había súper profesionales) como meter tú cuerpo mojado y pegajoso en las zapatillas de cordón, NO ELASTICO, la equipación y el casco al tiempo que pillas la bici y te pones en marcha. En el recorrido ciclista nos vimos, animamos y adelantamos todo lo que pudimos y más, incluso a triatletas, bueno a mujeres con equipación de triatleta. Ya nos encontrábamos más tranquilas, sabíamos que lo único 
que podía pasar era pinchar o que se nos saliese la cadena, pero estábamos en tierra y alguien nos socorrería. Sólo nos quedaba la añorada carrera de 2km, que suena a nada pero que al bajarse de la bici parece eterno por lo cargada que notas las piernas, como si alguien tirase de ellas hacia el suelo y te dejase clavada. Nos lucimos, aquí ninguna pudo con nosotras, nadie nos adelantó, no podían, ni les íbamos a dejar. La pena fue que en 2km no daba para mucho pero si para colocarnos entre las 15 primeras participantes de 300 y algo.Crónica Patricia:
¿Qué más se puede añadir a la super-crónica de Lourdes?. Ella se ha revelado como una gran triatleta, pero sobre todo como gran compañera (chati: yo quedé la veintitrés, creo, fuiste tu la que se salió J. Para mí era la segunda edición y aunque sabía que el ambiente era genial porque hay una mezcla increíble de pros y de globeras, entre las cuales nos
incluimos, me daba cierta pereza porque no había tocado mi vieja carraca-bici-de-motaña en un año. Pero la pobre agradecida por ser rescatada del olvido no me dejó tirada y respondió en la medida de sus posibilidades y de las de las mías, je, je, a esas dos vueltas al Pº de los Plátanos (10 km). Además la ocasión era grande para lucir nuestra flamante equipación canguril que lucimos sin complejos, por supuesto. Parte del éxito de este día del triatlón organizado por la Federación es su carácter festivo que invita a la charla con las vecinas de puesto en los “boxes” y la estupenda organización. Incluso he de admitir que tras superar la repulsión inicial al color-sabor-textura de las inciertas aguas del Lago, yo disfruté los 300 m. Lourdes, aunque todos los puestos que adelanté y algunos más, los perdí con la bici tal y como ya sabía. Alguno recuperé en la carrera a pie, je, je, aunque no los suficientes para cazar a super-Lourdes. Eso sí, nos íbamos dando gritos de ánimos según nos cru
zábamos en el recorrido circular de la bici y la carrera a pie. Además la Casa de Campo te regala unos estupendos tramos de falso llano jalonados por una exuberante vegetación primaveral que ya te hacen segregar endorfinas y eres feliz aunque no sientas las piernas. El año que viene toca trabajar la bici de carretera y reclutar más cangur@s: a ver si os animáis, que también hay diversión más allá del atletismo. Os lo recomendamos ; )PS: Sirvan como ejemplo, algunas fotos adjuntas. La del buzo y la octogenaria, no es coña que la ancianita se hizo a espalda los 300m (no sé si acabó el triatlón, pero afición no le faltó…)
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